LA MUJER DEL FESTIVAL
Cecilia Barrionuevo es programadora de cine, pero no cualquier programadora de cine: desde 2018 es la Directora Artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el único Clase A de nuestro país y uno de los más prestigiosos del mundo. Es la primera mujer en llegar a ese lugar, luego de 32 ediciones encabezadas por hombres.
¿Cómo llegaste al cine, cual fue tu motivación? Nos gustaría que nos cuentes tus inicios, que fue lo que te decidió a seguir ese camino, qué estudiaste, cómo te formaste, etc.
Mi acercamiento al cine comenzó desde pequeña. Como a los 6 años, cuando los fines de semana íbamos a casa de mis abuelos. La dinámica era siempre la misma: después de comer limpiaban y luego se dormía la siesta; yo me tiraba en el sillón a ver los clásicos de la historia del cine en un televisor en blanco y negro.
Mi primer trabajo formal como programadora fue en 1995, en un cineclub mítico de Córdoba, El Ángel Azul. Programábamos usando libros de cine y la Leonard Maltin’s Movie Guide, proyectábamos en Betacam, redactábamos en una máquina de escribir. Fue mi primer escuela de programación. Con ese grupo creamos el Cineclub Hugo del Carril, una casa para los cinéfilos en Córdoba.
Luego obtuve una beca para realizar estudios de Posgrado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Los años que estuve allá me abrieron nuevas perspectivas sobre el cine.
Al volver a Argentina trabajé en el Museo de Bellas Artes Genaro Pérez en Córdoba, y fue una experiencia muy enriquecedora. En mayo del 2010 Pablo Conde y Marcelo Alderete, a quienes conocía por ir a los Festivales de BAFICI y de Mar del Plata desde sus primeras ediciones, me invitaron a sumarme al equipo de programación en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Si bien la formación institucionalizada ha sido y es importante en mi camino como programadora (me gradué de Lic. en Comunicación Social, realicé un Master en Documental de Creación, hice diferentes seminarios en Argentina, España y Estados Unidos, como por ejemplo el Flaherty Film Seminar), desde los inicios me forme por vocación, trabajando día a día en la materia. Y sin duda la posibilidad de realizar programas y ser jurado para otros lugares del mundo también ha sido y es central en este sentido. Por ejemplo, la experiencia de programar ya desde hace un par de años Neighboring Scenes: New Latin American Cinema, en el Lincoln Center Film Society en Nueva York, junto a Carlos Gutiérrez (Director Ejecutivo de Cinema Tropical, en NY) es muy inspiradora.
Desde que vos y el equipo de programadores se sumaron al festival, Mar del Plata experimentó una saludable renovación. Una suerte de renacimiento, gracias a acertadas decisiones de programación. ¿Cómo fue que lograron hacerlo? ¿En qué cosas se detienen para hacer foco dentro de la cantidad de películas que hay en el circuito, es decir, qué es lo que les interesa en su recorte? ¿en qué cosas creen que fallaron y podrían mejorar y en cuáles sienten que hicieron algo bueno?
Con el equipo de programadores (Marcelo Alderete, Pablo Conde, Paola Buontempo, Francisco Pérez Laguna), buscamos un equilibrio entre innovación y tradición. Tenemos un amor genuino por el cine, y con un poco de tesón, un poco de audacia y el acompañamiento de quienes hacen cine y de quienes lo miran, logramos aportar nuestra propia impronta al festival. Nos interesa el cine que desafía, el cine que crea, el cine que interpela y también el cine que divierte.
Además de mirar más de tres mil títulos de los que se inscriben espontáneamente cada año, buscamos aquellas películas que consideramos necesarias para establecer los vínculos internos con retrospectivas y focos especiales en los que trabajamos. Pensamos al festival como un todo que tiene que ser interesante para un público diverso. Cada edición nos permite seguir reflexionando y aprendiendo sobre nuestro trabajo. La participación y presencia que tenemos en los últimos años en festivales internacionales se vuelve una instancia fundamental para poder encontrar las películas y para establecer relaciones que resultan en la gestión de buenos jurados e invitados.
Una de las cosas que encaramos con fuerza en la edición pasada fue trabajar atendiendo con especial sensibilidad a la igualdad de género y al espacio para cineastas y críticos jóvenes. También quedamos muy contentos porque al establecer como una de las competencias oficiales a la sección ¨Estados Alterados¨, logramos poner en el centro de la escena a películas que suelen ser más satelitales para el público. Creemos que ampliar la “Competencia de Work in Progress” a Latinoamérica fue una buena decisión para que el Festival sea también un espacio para películas argentinas y latinoamericanas que están entrando en su fase final y que aportan al lineamiento artístico de nuestro festival. Estamos todo el tiempo aprendiendo de nuestros errores y reflexionando sobre nuestro trabajo para intentar hacer cada vez un mejor festival .
¿Cuáles son las herramientas que permiten hacer un festival a la altura del resto en tiempos de crisis económica?
Hay varios motivos y herramientas. Es fundamental la persistencia: este año haremos la edición número 34, continuidad que es posible porque el Festival forma parte del INCAA. También es central el equipo de trabajo, conformado por Programación, Producción y Administración, Invitados y Actividades Especiales, Prensa, Comunicación, Catálogo, Web, Relaciones Institucionales, Intérpretes, Técnica, Tránsito de Copias, Videoteca, Acreditaciones, Voluntarios, Ángeles. Entre todos y todas buscamos seguir fortaleciendo muchos aspectos del festival de manera tal que se sostenga y siga creciendo a lo largo del tiempo. Y sin duda, un punto tangencial responde a las relaciones creadas y a la confianza que hemos generado a nivel nacional e internacional con cineastas, quienes hacen cine y trabajan en torno a las películas, y con el público en general.
Hay un hecho importante en tu elección como Directora del Festival, que tiene que ver con que seas la primera mujer a cargo. ¿Pensás particularmente tu trabajo en función de ser mujer? Es decir, ¿hay alguna característica que creas que como mujer te diferencia de la mirada de un programador hombre?
Soy la primera mujer en asumir la Dirección Artística del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y la experiencia ha sido trascendental. Si se quiere, uno de los aspectos más tangibles al respecto es que el año pasado llevamos adelante el primer Foro de Cine y Perspectiva de Género, que fue una experiencia rica y motivadora para quienes participamos. El espacio generado busca reflexionar, visibilizar y problematizar las desigualdades de género existentes en el mundo del cine, tratando de reducir la brecha de las desigualdades sexo/genéricas.
Por otra parte, mi condición de mujer ocupando el cargo de Dirección Artística, atravesado por los aportes y cuestionamientos del movimiento feminista, ha agudizado la mirada y sin duda tenemos como equipo una sensibilidad diferente al momento de visionar y seleccionar las películas. Evidentemente este acontecer se relaciona con el contexto que estamos viviendo en el mundo, y particularmente en Argentina, en relación a los cuestionamientos sobre género y la capacidad de este movimiento de interpelar diferentes sectores. Es por ello que con el equipo apostamos por un cine que sea igualitario, inclusivo y que por lo tanto contemple las cuestiones de género; así como también otras cuestiones, tales como la osadía creadora y la búsqueda de libertad. Es muy gratificante ver como el festival se ha re-posicionado a nivel internacional y se ha vuelto un referente.
¿De qué manera se expresa el machismo en el mundo en que trabajás? ¿Encontraste más dificultades como programadora y ahora siendo directora por ser mujer?
El machismo opera en todos los niveles y en todos los ámbitos, lamentablemente el cine no es una excepción, si bien creo que es un espacio donde la toma de conciencia está muy presente día a día. La identificación de los micromachismos ha avanzado mucho y eso hace que también se puedan ir modificando modos aprendidos y usados de antaño. El trabajo en este aspecto es largo y aún falta mucho por recorrer, de todos modos, afortunadamente, formamos parte activa de esta transformación.
¿Qué consejo le darías a mujeres que quisieran ingresar en el mundo de la programación de cine?
Que miren mucho cine: nuevo, clásico, clase B, experimental, independiente, mainstream, todo tipo de cine. Que lean, que escuchen música, que salgan a caminar, que vayan a museos, que prueben cosas nuevas, que se mantengan despiertas, que duerman, que participen cuando puedan de los festivales, que asistan a los cineclubes, sobre todo a los cines, que sigan su intuición, que experimenten el cine sin preconcepciones ni prejuicios, que confíen en el espectador y lo consideren como alguien sumamente activo. Y sobre todo que nunca olviden que ya son parte de esta gran comunidad.