Exvotos

exvoto. (Del lat. ex voto, procedente de un voto). Ofrenda hecha a la divinidad en cumplimiento de una promesa o en agradecimiento por un favor recibido, especialmente la que se hace a Jesús, a la Virgen o a un santo que, generalmente, consiste en un objeto que se cuelga en la pared o en el techo de una iglesia.

El primer exvoto, una figura de mujer embarazada, me lo trajo mi amiga Nuria de regalo, de Perú, cuando estaba embarazada de mi primer hijo, en el 2005, ese fue el principio de la colección.

Desde que tengo recuerdos tengo intentos de colecciones. Pasé por todas las posibilidades y modas: estampillas, cajas de fósforos, caracoles, latas, pero mis intentos fueron inversamente proporcionales a mi constancia. Los exvotos, además de ser una colección, son objetos que se volvieron la inspiración más fuerte de mi trabajo: curé exposiciones, hice proyectos alrededor de ellos y edité un libro. Es una colección viva, que da muchos frutos, y además gran parte es de un lote que armó Sergio Barbieri, especialista en arte sacro y exvotos, de su propia colección, con variedad de tipologías y orígenes.

En este caso, los objetos de la colección son piezas devocionales per se y, en mi caso particular, conocí los exvotos sin saber qué significaban y me fascinaron, me despertaron muchas preguntas, y, cuando fui encontrando las respuestas, el interés se mantuvo. Todas las piezas de mi colección son exvotos “usados”: alguien pidió un milagro a un santo, el santo obró para que se cumpliera y el promesante pidió a un platero que materializara su pedido, esto quiere decir que detrás de cada ojo, mano, pierna o animal, hay un deseo materializado, y de alguna u otra forma esa fuerza está cuando miro mi colección.

Las busco. Cada vez es más difícil encontrarlas, pero, como esta costumbre fue popular, y en algunos casos lo sigue siendo, en muchos lugares del mundo, cuando viajo, intento buscar exvotos metálicos o su equivalente según el lugar; en Brasil hay de madera, en muchos países de cera…

Van cambiando porque las voy redescubriendo según lo que me esté interesando en ese momento. Ahora me gustan mucho las manos, especialmente unas que están atadas por una cadena. Trabajo con las manos y creo que tener algo en común con el promesante es lo que más me interesa ahora.

Lo que dice Susan Sontag en El amante del volcan creo que es la mejor manera definir qué hay detras de un coleccionista: “Coleccionar expresa un deseo que vuela libremente y se acopla siempre a algo distinto: es una sucesión de deseos.”, “Coleccionar también es un deporte, y su dificultad es lo que conifere honor y deleite.”

Ahora es infinita y puede tomar todas las formas imaginables.