los libros del mirasol
Luciana Guerrero entrevista a Leandro Castelao y Francisco Roca, los diseñadores gráficos argentinos que encontraron un tesoro al indagar en la historia detrás de las ilustraciones de Juan Ángel Cotta para una colección de libros de la editorial Fabril.
El tesoro no estaba escondido. Todos lo vimos, alguna vez, de a partes, en las bibliotecas familiares y en las vidrieras de las librerías de usados. Por la calle corrientes y en casa de algún amigo. Se trata de una colección de literatura de más de 120 títulos con sus inconfundibles tapas ejecutadas por Cotta, un ilustrador a la altura de los grandes del mundo según los críticos de su época, pero aún así sin demasiado reconocimiento local. Un sistema gráfico amplísimo con variables claras y reconocibles: el uso del color, de las formas, la geometría, y el inconfundible logo diseñado por Rómulo Macció. Sólo hace falta ver un ejemplar para saber que vimos varios más.
“Hay una continuidad de estilo sin ser redundante. El uso del color, la línea, el plano, las geometrías, es característico. Hay tapas que son más complejas, y otras que son mínimas y aún así se sigue viendo la mano de Cotta. Pero todas esas decisiones están asociadas al texto, al contenido del libro. Esto es notable porque en un período muy corto hizo muchísimas tapas. Hizo a razón de una tapa por semana… era una máquina de producir” dice Leandro Castelao.
“La colección de tapas de los Libros del Mirasol le dio a Cotta la oportunidad de explotar la geometría que venia desarrollando en un sistema gráfico bastante concreto pero a la vez muy amplio por la cantidad y por la variedad de los textos. Pero además lo hizo transparentando el contenido, desde adentro hacia afuera, no imponiéndole a la colección una forma cerrada. Y en esto no fue casual la relación con Jacobo Muchnik el editor de la colección. Cuando comenzó la colección se conocían hacía 15 años. El ambiente que le ofrecieron fue propicio para que pudiese desarrollar su trabajo de esta forma.” agrega Francisco Roca.
EN ALGÚN MOMENTO LEANDRO, COMO MUCHOS ESTUDIANTES DE DISEÑO GRÁFICO, EMPEZÓ A RECORRER LA CALLE CORRIENTES EN BUSCA DE LIBROS ILUSTRADOS.
“Vas mirando, no específicamente un contenido, sino buscando cosas que te llamen la atención visualmente. Y cada tanto veía un ejemplar de esta colección , que tenía cierta característica muy parecida: Los colores, las ilustraciones. Y veía ese loguito del mirasol y decía: Ah! otro de estos libros! Y la tapa está buena! Y otro, y otro… Me llamaba la atención que decían “Ilustró Cotta”. Entonces trataba de buscar algo más de información sobre esta figura. Existe? Vive? Y sabía de esta existencia e iba comprando algunos de estos libros pero sin haber profundizado demasiado, más allá de la lectura de un blog con algo de información.”
Francisco vio un ejemplar en la casa de Leandro. Y en algún momento encontró otro en la librería anticuaria de un amigo. Inmediatamente le mandó una foto a Leandro, quien confirmó: “ese libro es de Cotta!”. Así empezó el tráfico de información, descubrimientos y materiales, la colección de hallazgos que resultaría en el proyecto del libro “Cotta y Los Libros del Mirasol” junto al nacimiento de su casa editora, Flecha Books.
Según la investigación de Leandro y Francisco, de los 120 libros hay 103 ilustrados por Cotta, a quien le encargaron los primeros 60 títulos en el 59 y debido al éxito de la colección, le encomendaron unos 60 más. Pero el último que ilustró fue el número 103, antes de su muerte en un accidente automovilístico, a los 42 años. Los 120 se completan con otro ilustrador.
“Luego de cinco años de investigación, estamos convencidos de que es posible publicar un libro que ofrezca una visión actual y global del universo conceptual y gráfico que Cotta estaba construyendo con sus portadas —cuidadosamente recuperadas, digitalmente restauradas, y nunca exhibidas como una totalidad hasta el día de hoy. Con un prólogo escrito por Steven Heller, renombrada autoridad internacional en el campo del diseño gráfico, esperamos que este libro le devuelva a Cotta el lugar que merece en la escena gráfica argentina.”
LA BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN FUE TODO UN DESAFÍO, PARA DOS DISEÑADORES GRÁFICOS SIN FORMACIÓN COMO INVESTIGADORES Y EN UNA DISCIPLINA QUE NO ESTÁ DEBIDAMENTE DOCUMENTADA EN ARGENTINA.
FR: “Fue difícil porque al no tener una formación más integral sobre cómo encarar una investigación, fue más que nada intuitivo. Y desde ese lugar tuvo algunas ventajas, como que fuimos muy respetuosos. Pasó que el nombre Cotta, nos llevó a Blanca Cotta.”
LC: “Recuerdo haber pensado, será ella que firmaba sólo con su apellido? Porque ella también ilustraba, aunque con un estilo distinto. Fue una hipótesis que nos llevó a descubrir que fue su hermana. Y ahí Francisco se encontró con ella y su hija, la sobrina de Juan Ángel.
FR: “Ellas nos dieron algunos datos sobre todo sobre la vida personal de Cotta. Porque en esa época había una separación más notable entre la vida profesional y la vida familiar.”
Si bien su familia estaba al tanto del talento, la singularidad, incluso del éxito profesional de Juan Ángel, no contaban con demasiados detalles sobre su vida profesional. El encuentro con la famosa cocinera y su hija Graciela colaboró más en la construcción del aspecto personal de Cotta. Esta reunión les procuró la primer fotografía de ilustrador, la posibilidad de ponerle una cara al personaje. Así se enteraron también del talento de Cotta como ejecutor de tangos en las celebraciones familiares. Aparentemente además de talentosísimo era sumamente carismático.
“Por otro lado una vez que vimos el material, que había más de cien tapas, pensamos: esto está buenísimo! Cómo se perdió? Cómo en ningún lado se habló de esto. Así llegamos a una revista alemana que hacía reseñas de lo que había estado pasando en el diseño gráfico del mundo en los últimos años. Y así encontramos que en algunas de estas revistas aparecía mencionado el nombre de Cotta. Habíamos encontrado 2 números en los que se hablaba un poco de su trabajo, pero conseguimos una tercera con una nota bastante completa, una presentación de la colección los libros del mirasol hecha en ese mismo momento.”
Leandro y Francisco se hicieron de un original de la revista alemana Gebrauchsgraphik através de una compra online y sin ninguna certeza sobre su contenido, más que la misma contenía la palabra “Cotta” y que la fecha de publicación era cercana a la aparición de la colección. La pista fue acertada y cuando llegó la revista se encontraron con que la reseña sobre el ilustrador era una doble página, con una detallada presentación de la colección de los Libros del Mirasol, en donde el fotógrafo alemán elogiaba con entusiasmo la obra del artista argentino.
“De todos los jóvenes talentos entre los artistas gráficos argentinos, es el más original e ingenioso. […] Cotta es un artista que quiere hacer lo que puede y que puede hacer lo que quiere.” — SIGWART BLUM. GEBRAUCHSGRAPHIK 7, INTERNATIONAL ADVERTISING ART, 1953
FR: Era completamente contemporáneo. Blum fue un conocidísimo director de arte y fotógrafo Alemán que trabajaba como corresponsal en Argentina para esta revista y pudo apreciar el trabajo de Cotta.
LC: A veces estamos acostumbrados a estudiar la historia del diseño y la ilustración con una mirada desde afuera y en ese momento en esas páginas pobladas de nombres que son muy reconocidos, estaba también el nombre de Cotta con la misma importancia, en una nota a doble página y con palabras de admiración.
Esto para nosotros fue la primera verificación de que esta colección fue importante. Y el hecho de que no se conozca tanto o haya quedado un poco en el olvido es tal vez la falta de archivo o de proyectos que escriban sobre la historia, la dificultad que hay acá de conservar cosas salvo que sean de artistas muy renombrados. Pero esta publicación es la prueba de que fue importante en su momento.
Hubo un segundo momento de verificación, en el que Leandro y Francisco confirmaron la necesidad de darle al trabajo de Cotta la validación merecida, en el que sintieron que valía la pena reconstruir la colección y mostrarla en su totalidad en un libro con las tapas de la serie reproducidas a tamaño real. Fue cuando pudieron presentarle el material a Steven Heller, reconocido crítico norteamericano, quien inmediatamente demostró interés y su disposición para participar del libro.
“El trabajo de Cotta, especialmente una colección de libros de tapa dura que ilustró en 1960 bajo el título de la serie «Los libros del Mirasol» es uno de los vínculos que faltan entre las publicaciones sudamericanas y las tradiciones modernistas europeas.” — STEVEN HELLER.
VIDEO REALIZADO PARA LA CAMPAÑA DE KICKSTARTER
La repentina muerte del joven ilustrador, junto con las sucesivas y numerosas interrupciones a la democracia en Argentina en la siguiente década fueron algunas de las variables que colaboraron para que el nombre de Cotta permaneciera en el olvido. La curiosidad y el interés de estos dos diseñadores gráficos (bien) devenidos en investigadores lo sacó con cuidado y elegancia de esa categoría, para devolverlo a la vida en este maravilloso libro.
““Tengo la sensación de que este libro puede ayudar a que el trabajo de Cotta se transforme en una referencia.” dice con entusiasmo Leandro.
EL LIBRO ESTÁ DISPONIBLE PARA SU COMPRA EN FLECHABOOKS.COM.
FRANCISCO ROCA Y LEANDRO CASTELAO, EDITORES DEL LIBRO