¡BESTIAL!
Es difícil catalogar al argentino Juan Gatti, quien cambia de estilos, de disciplinas y de países con total fluidez y naturalidad. Entre lo clásico y lo actual, el comercio y el arte, la cortesía y la irreverencia, el papel y el Instagram, el inquieto Gatti nunca aburre, ni en su trabajo ni en la conversación.
ENTREVISTA POR JUAN MORALEJO. RETRATOS DE LUCIANA VAL & FRANCO MUSSO.
¿CÓMO ERAS DE NIÑO?
¿TUVISTE UNA INFANCIA RELACIONADA A LA CREACIÓN?
Desde muy pequeño dibujaba, mi madre tenia un taller de costura y yo me la pasaba haciendo collages. Mi padre quería que fuera dentista y mi madre quería que fuese arquitecto, ella pensaba que todo ese dibujo iba a servir para la arquitectura, no para lo artístico. Fui a muchos colegios de curas, pero de todos me echaron porque era una educación religiosa muy estricta.
EN «LA MALA EDUCACIÓN» DE ALMODÓVAR HICISTE UN PEQUEÑO ROL DE CURA ¿TE TRAJO RECUERDOS DE ESA ÉPOCA?
Sí, y sirvió como tema de discusión. Lo que pasa es que Pedro también tuvo una educación católica, pero Española y de pueblo, que eso es más terrible. Yo le decía que en los colegios católicos que estuve, eran tan perversos los chicos como los curas. Me echaron de tantos colegios que no hubo mas remedio que mandarme al Bellas Artes que era el único en el que podía inscribirme; y para mi fue un choque, porque era la primera vez que iba a un colegio mixto y no religioso. El primer año fui al Bellas Artes con un uniforme que me había inventado: un blazer azul, un pantalón gris y una corbata. Ese momento era el comienzo de los 60s y todos los demás eran entre beatniks y Beatles, mientras yo estaba con el pelo perfectamente cortado, zapatos abotinados…
PERO AL POCO TIEMPO, EN LOS 70s, TERMINASTE HACIENDO LA MAYORÍA DE LAS TAPAS DE DISCOS DEL ROCK ARGENTINO.
Mis primeros trabajos fueron ilustraciones para revistas, y ahí conocí a Jorge Alvarez que había creado Mandioca, el primer sello discográfico de rock argentino. Y al mismo tiempo yo era como la mascota de los artistas del Instituto Di Tella. Entonces mi mundo estaba dividido un poco entre el glamour del mundo del arte y el reviente del mundo del rock.
PERO CON EL GOLPE MILITAR TODO ESE ESPÍRITU CAMBIÓ.
LEÍ QUE ESTUVISTE UNOS MESES EN LA CÁRCEL.
Yo estaba pintando mi departamento con un traje de baño y los militares dijeron que estaba en el balcón en calzoncillo y haciendo burla, pero yo sólo estaba pintando. Estuve dos meses preso, pero lo peor fue el primer momento, cuando me llevaron hasta Villa Devoto, de noche. Abrieron la puerta de la celda, había sólo un colchón, cerraron la puerta y veo todos unos ojitos colorados de varias personas flotando en la oscuridad que me están mirando. Por suerte no me tocó nadie porque los ayudaba: Tenía dos Departamentos: el Departamento «Madres y Novias» –hacía postales para las madres y novias, dibujaba rosas, corazones, palomas– y el Departamento «Porno” –material para que los chicos se pudieran desahogar–. De cualquier forma esa experiencia me sirvió mucho, porque una vez que estas ahí, cuando te dicen «Porque tal es un pesado…” Yo pienso… «Con pesados me las he visto en serio».
Y CUANDO SALISTE TE FUISTE A NY.
Me fui en el ‘77, justo cuando se estaba formando la New Wave, el punk y CBGB y terminaba la música disco y Studio 54.
EN CADA DÉCADA PARECE QUE ESTUVISTE EN LOS INICIOS DE MOVIMIENTOS CREATIVOS IMPORTANTES. EN LOS 70s CON EL AUGE DEL ROCK Y EL ARTE POP EN ARGENTINA, EN LOS 80s CON EL PUNK DE NY Y LA MOVIDA EN MADRID, EN LOS 90s CON LAS SUPERMODELOS…
Llegué a sitios donde se creaban movimientos pero de casualidad. Nunca pude hacer ningún plan y aprendí a dejarme llevar. Yo creo que cuanto están pasando esas cosas no te das cuenta de la relevancia que pueden tener. Los movimientos pasan cuando hay mucha gente haciendo cosas que son super creativas y donde se conectan el cine, la música, la moda y todo lo demás. Eso es lo que hace que sea un movimiento.
¿POR QUÉ TE FUISTE DE NUEVA YORK A MADRID?
En NY estaba metiéndome en una historia de yonqui-landia que no me interesaba; tenía que salir de esa ciudad para romper con todo eso de las drogas. Existe un término español que se llama «desmadre»; y sí, me desmadré un poco en NY. Cuando me di cuenta que eso estaba afectando mi trabajo, ahí fui consciente de que lo que más me divierte, me da placer y felicidad, es mi trabajo. Entonces me llamaron unos amigos que colaboraban con Kenzo para hacer con ellos unos estampados en París, y cuando estaba por ir ahí, me quedé a pasar las Navidades con unos amigos en Madrid. En ese momento estos amigos me dicen porqué no trabajo en una compañía de discos que se llamaba CBS –que ya no existe–. Allí me ofrecieron hacerme cargo de la dirección de arte de los discos, por un pastón, muchísimo dinero, entonces me pareció una oportunidad fabulosa e hice un contrato por 5 años. A los 5 años ya dejé y puse mi estudio.
¿FUE EN ESE MOMENTO EN MADRID EN DONDE CONOCISTE A PEDRO ALMODÓVAR?
En ese momento se conectaban todas las áreas, la música, los pintores, el cine… Al poco tiempo que lo conocí me pidió hacer los posters que están dentro de la película «La Ley del Deseo». Y luego en el 86 Carlos Berlanga hizo la ilustración para el poster de «Matador» y yo el diseño, y a partir de ahí trabajamos juntos con Pedro.
TRAS UN PAR DE AÑOS DE DISTANCIAMIENTO, A LO QUE DEFINISTE COMO UN DIVORCIO ¿CÓMO FUE VOLVER A TRABAJAR CON ÉL EN DOLOR Y GLORIA?
Primero tuvimos un acercamiento en un encuentro «casual» orquestado por amigos en común. Y el primer reencuentro laboral fue increíble, se reanudó un diálogo fluido como si no hubiese pasado nada y verdaderamente tuvimos un trabajo sin problemas. Solamente hubo un problema con el cartel, pero ese fue una tema con la productora, que al final sacaron el peor.
EN EL ‘89 COMENZASTE TU TRABAJO COMO DIRECTOR DE ARTE DE VOGUE ITALIA. ¿FRANCA SOZZANI TE LLAMÓ PORQUE LE GUSTABA TU TRABAJO CON PEDRO?
No, lo que a ella más le había gustado era el trabajo que había hecho en moda para Sybilla. En ese momento tenía que hacer la revista en quince días, y después la otra quincena trabajar en mi estudio. Franca me dijo que fui la única persona que cuando le ofrecieron ese trabajo le dijo «Lo voy a pensar». Justo lo había dejado Fabien Baron, en el momento más importante de ellos. Pero lo que al principio era divertido, a los dos años me calcinó. No sabía dónde me despertaba; llegaba a Italia y me decían que en dos días viajaba a Nueva York, donde me esperaba Steven Meisel para hacer la portada de Navidad. Aviones en primera, de un lado para el otro… así estuve dos años, hasta que me harté y renuncié.
Y EN ESOS DOS AÑOS CIMENTARON EL STATUS DE LINDA EVANGELISTA COMO SUPERMODELO AL PONERLA EN 10 TAPAS CONSECUTIVAS. ¿ESO FUE UNA DECISIÓN EN CONJUNTO?
Fue en conjunto. En esa época yo era muy amigo de Linda, vacacionábamos en Ibiza con su marido de ese momento. La verdad que fue una época increíble –el Vogue Italia de esa época nunca lo conseguís en Ebay, nadie lo vende–. E inmediatamente que me voy de Vogue Italia me llama Anna Wintour para hacer el Vogue Americano. Le dije que aceptaba si podía seguir teniendo mi estudio y traer mi perro, pero me dijo que no: «Trabajar acá es estar dedicado las 24 horas a Vogue”. Entonces no acepté.
¿QUÉ OPINAS DE LAS REVISTAS DE AHORA?
Las revistas comerciales hoy me parecen un aburrimiento, prefiero colaborar en las revistas independientes.
USÁS BASTANTE INSTAGRAM Y TENES MUCHOS SEGUIDORES. ¿CREÉS QUE ESAS NUEVAS REDES SOCIALES SON EN CIERTO PUNTO LAS RESPONSABLES DE QUE LAS REVISTAS ESTÉN ATRAVESANDO UN MOMENTO CRÍTICO? LA ATENCIÓN CADA VEZ ESTÁ MAS DISPERSA Y PALABRAS COMO “RELEVANTE” O “ICÓNICO” YA NO PARECEN TENER SENTIDO EN ESTA ERA.
Son varios motivos los que originan el declive de las revistas impresas. Por un lado la velocidad de la información es más rápida; ahora por ejemplo los desfiles los puedes ver simultáneamente cuando están sucediendo –antes tenías que esperar tres meses para ver las tendencias en una revista–, ahora cuando sale impresa ya es vieja. Además, antes las revistas te hacían soñar con exóticas localizaciones o grandes producciones y ahora entramos en el círculo vicioso en donde las revistas se venden menos, gastan menos y las fotos son más aburridas. Supongo que las revistas de modas terminarán siendo como empezaron, simples catálogos.
¿CÓMO TE LLEVAS CON LAS TECNOLOGÍAS?
En Instagram soy un capo, me hice adicto a usarlo y ya varias veces me lo cerraron por poner imágenes controvertidas –es que no me puedo imaginar que alguien se ofenda con esas cosas–. Me gusta Instagram porque yo le veo también un lado didáctico y me causa gracia el bombardeo de imágenes que provoca. Creo que el consumo de imágenes nunca ha sido como ahora. ¡Bestial! Facebook nunca me interesó porque tiene una cosa más de escribir. El Instagram es puramente visual y yo soy un tipo visual, no domino el tema de la escritura.
¿Y CON TU TRABAJO AHORA USÁS LO COMPUTADORA O PREFERÍS LO MANUAL?
Lo que pasa es que no sé trabajar directamente en la pantalla, no puedo ir en blanco ahí. El germen y la idea inicial es artesanal y lo que hago en lápiz luego se escanea. Ahora para una cosa de teatro que estoy haciendo, empecé a pintar de vuelta, con gouache, y me da un placer enorme.
¿SABES DELEGAR?
Nunca, jamás. En los 80s sí, cuando tuve un estudio grande, pero que me cansó. El problema que pasa cuando tenes mucha gente trabajando con vos, es que terminás en lo que se llama «lunch with the client», pero a mí lo que me divierte es la mesa, el dibujo. Y cuando delegaba algo al final lo terminaba haciendo yo. Es que me di cuenta que tampoco me interesa tener clientes porque he logrado la fórmula de tener amigos que son mis clientes. Siempre lidié directamente con el artista o con el cliente. Mi condición es que no pongan agencias de publicidad en el medio, porque además quieren opinar para justificar lo que están cobrando, y así entorpecen el proceso.
TE DEFINÍS COMO CREADOR DE IMÁGENES PERO NO COMO ARTISTA, A PESAR DE HABER HECHO VARIAS EXPOSICIONES.
Desde la época de Warhol que digo eso. Más que lo artístico me gusta la búsqueda de la belleza, y a mí en general me gusta todo, de lo mejor y de lo peor siempre saco algo, pero como me dice Alaska: «Siempre te pido que me hagas un diseño ordinario pero te terminan saliendo cosas elegantes».
TAMPOCO SE TE PUEDE RECONOCER EN UN SÓLO ESTILO NI UNA TÉCNICA. ¿ESA ES UNA BÚSQUEDA CONSCIENTE?
Si siento que algo que me está encerrando en un estilo, que comercialmente me conviene seguir pero que me aburre, no lo sigo. A mí el trabajo me divierte, entonces me tengo que divertir. También depende de mi signo, que es Aries: lo que me gustan son los desafíos. Entonces para hacer las imágenes que necesito lo hago con la disciplina que me interese en ese momento. Ahora con lo que mas estoy trabajando a nivel personal, es filmando. Tengo épocas, a veces estoy simplemente tipográfico, otras más como fotógrafo, pero en el momento que veo que ya están bien las fotos, ya inmediatamente me aburro un poco… Y me interesa sobre todo la inconsciencia de hacer, no tomar conciencia de lo que haces y no profesionalizarlo. Detesto cuando algo se profesionaliza y cuando se hace el discurso, el concepto. Se pierde la emoción; y cuando necesitas explicar una obra, me deja de interesar, soy lo menos conceptual del mundo. Por ejemplo mis fotos empezaron como una investigación, jugando. Aunque también fue por una cuestión de ética porque como respeto mucho a los fotógrafos, cuando era director de arte me daba un poco de pudor tratar de conducirlos hacia lo que me interesaba. Si contrato a un fotógrafo me gusta que hagan lo que ellos quieran, porque la figura del director de arte que quiere llevar al fotógrafo a su terreno, siempre me pareció inmoral. Por eso aprendí a hacer en fotografía lo que yo quería lograr sin pedírselo a nadie.
ERAS AMIGO Y COLABORADOR DE PETER LINDBERGH. ¿CÓMO LO RECORDAS A ÉL Y SU LEGADO?
Con Peter he trabajado en continuidad y conjuntamente hemos hecho siete libros, dos calendarios Pirelli, varias exposiciones y numerosas publicidades, catálogos y editoriales. Justamente acaba de salir nuestro último trabajo: un gran libro sobre Dior que publica Taschen. Te diré que aún no he asimilado su muerte ya que hemos estado hablando y trabajando juntos hasta una semana antes de su muerte. Siempre hemos trabajado con absoluta confianza, complicidad y entendimiento; fui parte de su familia, amigo de sus esposas y he visto crecer a sus hijos. Su legado como fotógrafo de moda, además de marcar una época y crear fotos icónicas del siglo XX, es que aportó a la foto humanidad, sensibilidad y poesía –no de la cursi–. Él amaba a las mujeres, sin artificio, desde la verdad y encontraba verdadera belleza en lo imperfecto. Como amigo lo voy a extrañar muchísimo y es triste, pero su muerte, conjuntamente con la de otros amigos como Franca, Azzedine o Karl, marca el final de una época.
¿Y AHORA ESTÁS TRABAJANDO EN UN LIBRO DE MARIO TESTINO, QUIEN PARECE HABER CAÍDO EN DESGRACIA?
Sí, acabo de terminar un libro con Mario. Lo conozco desde hace aproximadamente treinta años y hemos hecho varios trabajos juntos. Realmente el pobre cayó en una trampa orquestada entre el New York Times y Vogue América, que los dos medios son de Condé Nast. Por supuesto Mario coqueteaba con los modelos como siempre ha pasado, pero no lo veo forzando o aprovechándose de nadie. Además, muchas veces son los propios modelos los que provocan, pero ese es un juego de siempre entre fotógrafos y modelos, productores y actrices y agentes y representados. Me pregunto: ¿ahora nos vamos a agarrar la cabeza haciendo como que nunca ha pasado antes?
¿CUÁL TE PARECE QUE ES LA MEJOR MANERA DE NAVEGAR ESTOS TIEMPOS EN DONDE PARECE HABERSE PERDIDO CIERTA ESPONTANEIDAD EN LAS COMUNICACIONES, CUANDO LO POLÍTICAMENTE CORRECTO (IDENTIDAD DE GÉNERO, CAMBIO CLIMÁTICO, FEMINISMO, ETC) CON SUS BUENAS INTENCIONES PARECE A VECES SER MÁS AUTORITARIO QUE SEDUCTOR?
Creo que la represión es común en cualquiera de los bandos y muchos movimientos bien intencionados se están volviendo tan fundamentalistas y extremistas que los acercan al fascismo. Lo peor es la autocensura, que por no ofender ninguna creencia termines siendo una Ana Frank de los vegetarianos o las feministas. En general, la corrección nunca fue mi zona de acción.
¿DÓNDE ENCONTRÁS REBELDÍA EN LOS JÓVENES DE HOY? HOY LA MAYORÍA DE LOS ADOLESCENTES NO PARECEN QUERER ESTAR FUERA DEL SISTEMA SINO SER INFLUENCERS Y YOUTUBERS.
La rebeldía real ahora y siempre la encuentras en los marginados. Las rebeldías juveniles se acabaron en mayo del 68, las otras rebeldías –el hippismo, punk, grunge, etc– fueron más que nada formales pero divertidas y pretendían estar fuera del sistema. Los jóvenes de hoy en día quieren ser famosos dentro del sistema y todos buscan esos quince minutos de fama y sus ídolos son los influencers y sus valores marcados por los «likes”. Estoy viendo como un vacío generacional, entre la gente entre 30 y 35 años, es un publico consumidor, son los hijos de los 80s. Pero la generación posterior, los de 20 a 25, están convirtiendo la frivolidad en arte, y eso es algo. Básicamente se las arreglan con ingenio, porque ninguno tiene un mango. Hacen fiestas, que en este momento me parece que es la única manifestación artística valida.
HABLANDO DE TUS RAÍCES ¿CADA CUÁNTO VENÍS A BUENOS AIRES?
Voy en Abril, por Semana Santa, en Agosto, que son las vacaciones de allá y en Diciembre por las Navidades. Voy de turismo, además como te decía, en España mis amigos suelen ser mis clientes, entonces si estoy acá, estoy siempre trabajando. En Buenos Aires como no trabajo con nadie, desconecto totalmente. Y me gusta mi departamento, la luz de Argentina me pone de buen humor. Si ves mi casa de Madrid y mi estudio, hay un hilo conductor, podrían ser todas la misma casa. Hago un cocoon con ciertos elementos. En general soy bastante de estar en casa, de más joven era un petardo. Ahora después de un día tantos proyectos, a la noche me gusta ver películas, tener mis libros, hacer mi cosas. Me gusta la soledad.
¿TE SENTÍS EN UNA ETAPA DE MAYOR RELAJACIÓN? ¿NOTAS UN PARALELISMO ENTRE INESTABILIDAD EMOCIONAL Y CREATIVIDAD?
Como no conozco la estabilidad emocional, no sé cómo sería. Lo único que sé, es que una vez que me encontraba muy desquiciado fui a una psicóloga, y en el momento en que ella logró estabilizarme le dije «Sí… estoy muy estable pero es un aburrimiento». Y ella me dijo «Exactamente… yo nunca te dije lo contrario». Mi vida es una vida sin red.
SOS COMO LOS GATOS, CON 7 VIDAS.
Sí, como los Gattis.