Gustavo Di Mario

Una sola imagen de Gustavo Di Mario pareciera bastar para conocer a una persona por completo. Álbum 1995-2005 reúne una serie de fotografías inclasificables, que bien podrían ser parte de una obra autónoma y propia como de una recolección de trabajos dispersos y ocasionales. Es que las fotos de Di Mario tienen la virtud de ser múltiples, polisémicas, susceptibles de adaptarse a más de un contexto. Como si se tratara de piezas que encajan en varios rompecabezas a la vez.

Los retratos de Di Mario son tan íntimos como públicos y tan estetizados como extraños. Muestran una fuerza inexpresiva y andrógina que tiene la capacidad de convertir a sus retratados en criaturas de excepción, en volverlos personajes exóticos, en modelos de una forma de vida enrarecida.

El álbum de Di Mario es un catálogo de identidades. En todos lados hay indicios sobre la identidad generacional y cultural que hacen pensar que su trabajo tiene una dimensión periférica, subterránea, descentrada, como si buscara darle imagen a aquello que no se ve o que, por el contrario, está demasiado visto. En ese cruce, en ese encuentro entre lo privado y lo masivo, se producen sus fotografías tenues e intimistas como pequeños signos vitales.