De Corea con Amor
VANESA KRONGOLD, EXPONENTE DEL DISEÑO DE INDUMENTARIA ARGENTINO, Y MAGDALENA BONAMIN, SU INSEPARABLE COMPAÑERA DE AVENTURAS, NOS COMPARTEN SUS IMPRESIONES DE COREA DEL SUR, DONDE FUERON INVITADAS POR LA FERIA DE MODA DE DAEGU. UN RELATO A DOS VOCES SOBRE UN PAÍS LEJANO, UNA CULTURA FASCINANTE Y UN SUEÑO CUMPLIDO.
VANESA: Cuando conocí Corea tenía 30 años, ahora tengo 31 . En el 2012, en mi segundo desfile, invité a desfilar a 6 chicas coreanas. Mi idea era que fueran todas chicas coreanas. Desde que estoy estudiando que Oriente está en mi mente. Como si ya lo conociera, como si algún antepasado hubiese estado ahí y ahora renació en mí. Es tan lejos que imaginarlo es exótico. Ahora con Internet, Google, Instagram… Oriente parece mas cerca. La idea de mostrarlo en stories en instagram, supera cualquier expectativa.
MAGDALENA: Visité Corea por primera vez hace dos años y fue amor a primera vista. Mi primer experiencia asiática después de tantos animes, películas en el cineclub y visitas a los chinatowns en cada ciudad a la que iba.
El amor por la moda, la belleza, los colores pasteles y los gatos me hizo sentir como en casa. Como en mi casa ideal, donde todas usan glitter, todos tienen aros largos y hay accesorios de Sailor Moon por doquier.
A raíz de unos mensajes inesperados surgió la segunda oportunidad de visitar el país de la mano de Showroom Romeo y su invitación para la Fashion Fair de Daegu. Este viaje iba a ser compartido con Vanesa, amiga y compañera de trabajo con quien hemos podido viajar e inspirarnos trabajando juntas y recorriendo muchas ciudades.
VANESA: Viajé en Febrero desde Milán. De Occidente a Oriente. De América Latina a Europa a Asia. Presenté la colección en Pitti Super Talents y la semana posterior viajé a Seúl. Mi compañera de aventuras internacionales se llama Magdalena, gracias a ella llegué a Korea. El evento se llama Daegu Fashion Fair y queda en Daegu, una ciudad cerca de Seúl . Llegué al aeropuerto de Seúl, me esperaba una señora con un cartel y mi apellido. No pude sentir otra cosa que emoción y alegría de poder viajar con mi ropa a lugares soñados y estar ahí de verdad. Me sacó un boleto de tren a Daegu y chau, allá estaba con mis dos valijas enormes. Me perdí antes de llegar el tren. Lo encontré. Me quedé dormida profundamente en el tren. Me desperté justo en mi estación y me bajé corriendo. Ahí me esperaban dos chicos con looks super coreanos: vestidos iguales, saco camel y jeans. Pararon un taxi y le indicaron la dirección del hotel. Llegué al hotel y me encontré con Magdalena. Ella viajó desde Berlin. Por fin podía compartir con ella la emoción de estar ahí . El cielo completamente gris, todos con barbijo, fuimos a comprar el nuestro. La aventura comenzaba.
MAGDALENA: Quería mostrarle a Vane todo lo que me había enamorado de Corea: su ropa, sus mercados, los bares donde la gente canta canciones pop a viva voz. Y así fuimos recorriendo y redescubriendo situaciones y lugares en Daegu y Seúl que nos divirtieron, confundieron e inspiraron.
VANESA: La feria duró 4 días. Eramos la única empresa “occidental” entre varios diseñadores orientales, en su mayoría coreanos. Por momentos un altoparlante anunciaba desfiles. Nos tomamos el tren a Seúl cuando la feria terminó. En verdad el primero lo perdimos, fuimos en el segundo. Cosas que pasan en un viaje. Llegamos a Seúl, es más grande, es vibrante, hay productos cosméticos. Es muy rosa, colores pasteles. La comida tienta, los cantantes en la calle invitan a bailar K-pop. Todos miran. Hay perritos muy lindos. El cielo gris también, y un cierto tipo de sensación de estar en un futuro cercano.
MAGDALENA: Cuando este viaje se confirmó sabíamos que queríamos sacarle el máximo provecho posible a la experiencia. Gracias a una amiga que había conocido en Seúl el año pasado e Instagram dimos con Marigatoe. Su trabajo nos llegó y fascinó. Queríamos trabajar con él.
VANESA: El día de las fotos teníamos la ropa lista. Nos tomamos un taxi, el taxi chocó. Llegamos tarde por eso. Aunque pareciera una excusa armada era real. Llegamos al estudio de Jinwoo. Una zona inesperada, entre locales de mármoles, luces, lamparitas y metales está escondido su estudio, que comparte con un artista y que nos cuenta con mucho orgullo que le encanta estar rodeado de todo eso. El lugar es increíble. Quedamos fascinadas. El equipo nos estaba esperando.
MAGDALENA: Marigatoe, Maria y -la maquilladora- trabajaron con el ritmo que siempre lo hacen. A nosotras nos deslumbró la creatividad, fluidez y organización con las que tomaban las prendas y creaban nuevas situaciones para cada look, interpretándolos y sumándole su toque único. Era una película pasando frente a nuestros ojos, la materialización de tantos moodboards y fantasías.
VANESA: Maria, la estilista, despliega los accesorios que armó para las fotos y todos los complementos. Todos muy organizados y precisos. Empezamos a vestir a las modelos después de que la maquilladora había terminado su hermoso trabajo. Mientras tanto Jinwoo y su asistente probaban luces. Nosotras emocionadas. En mi caso, si me pongo a pensar era un sueño hecho realidad. Me fascina ver como interpretan otras personas mi ropa. Y ahí estábamos, en Seúl, entregando un granito de arena a la creatividad de este maravilloso equipo local.
MAGDALENA: El shoot fue un momento mágico en una de las zonas industriales más antiguas de la ciudad, a cuadras del mercado de comida más grande y antiguo de la capital surcoreana. Esa noche cerramos las valijas y con Vane nos despedimos en el aeropuerto imaginando el próximo destino y proyecto.