flora

COMPOST

Cómo una caja con agujeros puede salvarnos
l
a vida y llenarla de vida, color y sabor.

POR SIMÓN INGOUVILLE. FOTOS DE ALEJANDRO RODRIGUEZ Y LUCIANA VAL & FRANCO MUSSO

En este artículo propongo al compostaje como herramienta para desexistir la basura, crear fertilidad y guiarnos hacia un nuevo paradigma. Erijo a la compostera como primer agente de cambio para transformar la materia viva que ponemos dentro pero más aún, transformar la comunidad que la rodea.

El compost, no sólo está de moda, se está haciendo famoso, y lo tiene muy merecido: Por su rol fundamental en este momento de crisis ecológica y biológica. Por ofrecer la posibilidad a todas las personas de ser parte de la solución, de la naturaleza. Tiene merecida su relevancia por haber puesto el foco en la basura. Haber encarado por donde duele y huele, tomando nuestro reflejo más repugnante y sin sentido, a la vez tan ignorado y tristemente omnipresente, y haber presentado una solución más que aceptable. Sostenible. Feliz. Como para no estar de moda! ¡Compost! ¡¿Dónde estuviste todo este tiempo? Ahí, en el suelo.

ES RECOMENDABLE LAVAR LA CÁSCARA DE HUEVO ANTES DE LLEVARLA AL COMPOST.

Con una simple compostera (en cada hogar) nos podemos salvar tranquilamente del desastre en el que nos hemos metido. Podríamos comportarnos bien en poco tiempo y sin demasiado sufrimiento. Por favor, créanme. Yo se que suena exagerado, pero, ya verán. Empecemos con composteras hogareñas, y después pasamos a composteras comunitarias, y luego industriales, agrícolas y municipales. Pronto, ya no existirá la basura y sobrará suelo fértil donde cultivar alimentos saludables. Tiene sentido. Somos nosotr@s, sinó quién, somos una nación agrícola, científica y solidaria. Cartoneros y fiesteros, de naturaleza elegante y bichera. No puede fallar. Y las buenas nuevas no terminan ahí, como les digo la compostera es mucho más que una pila de vida donde procesar las cáscaras.

Propongo que veamos a la compostera como la llave maestra y el alegre talismán de la transición entre un modelo de basurales y explotación natural hacia otro modelo de colaboración entre todas las formas de vida.

Ideas que venimos sosteniendo testarudamente y sin solución de continuidad hace miles de años caen como bolsas de papas ante la contundente simpleza argumental de la compostera.

Un ejemplo: La basura no existe. Contrario a lo que podemos creer, incluso observar, dónde sea que posemos los ojos: la basura no existe. Es así. La mitad de lo que llamamos basura, la peor de las mitades, la olorosa, es vida, es el milagro de la vida. Y, por ende, se puede compostar fácilmente, en una compostera, en cualquier casa y caso. Gracias a esa compostera, la mitad de la basura, ya no existe. Y la otra mitad no huele y tampoco es basura. Es tecnología, fruto de la inteligencia y el duro trabajo humano para transformar la materialidad del mundo. Hablamos de plásticos, vidrios, cartones, metales, minerales y la combinación de todos estos en forma de dispositivos y chirimbolos brillantes, inimaginables por la ciencia ficción de ayer nomas. En pocas y trilladas palabras: maravillas de la ciencia.

LA BASURA NO EXISTE.

Contrario a lo que podemos creer, incluso observar, dónde sea que posemos los ojos.

LOS CÍTRICOS SE PUEDEN COMPOSTAR EN COMPOSTERAS GRANDES YA QUE LAS LOMBRICES NO COMEN CÍTRICOS Y NECESITAN ESPACIO PARA ALEJARSE DE ELLOS.

Así que, Vida por un lado, Maravillas de la Ciencia por el otro; juntas: Basura. ¿Quién podía hacer de algo tan genial algo tan tonto? Nadie, entonces, la basura no existe. Pero que la hay, la hay.

No sólo conceptualmente no existe la basura, literalmente tampoco existe hasta que tiramos un tomate podrido sobre una botella vacía y ahí se produce el tonto asco sin sentido al que llamamos basura. Pero no es algo, es una situación. Son cosas en situación de basura. Y deshacer eso que hicimos es mucho más difícil que no hacerlo. Deshacerse de ello, hacerlo desaparecer, es un entuerto inexplicable. No solo es urgente, ya que apesta, también es muy costoso, y para colmo imposible. Siempre en algún patio trasero de alguien va a quedar por los siglos de los siglos. Una vergüenza, una injusticia y una estupidez. ¿Por qué, entonces, desde el gobierno y las organizaciones civiles, se gastan millones de recursos en forma de plata, tiempo, tinta y alguito de creatividad para enseñarnos que hay que “separar la basura”? En esa premisa no caben más errores. Pues no hay que separarla, porque no viene junta… Alcanza con no juntarla. Y además: la basura no existe.

A lo sumo habrá que lavar algo. Entonces hay que decir, “lavemos la basura” pero eso tampoco tendría sentido, porque ¿a quién se le ocurriría que un plato sucio, o una casaca de fútbol sudada es basura? A nadie. Bueno, ahí va, y sin embargo…

Por suerte la solución es simple y no hay que esforzarse demasiado, toda la vida va a la compostera, todo lo reciclable al reciclado hasta que aprendamos a consumir mejor, y les digo más, una compostera, puede incluso ayudarnos a mejorar mucho como consumidor@s. Ayudarnos a dejar de ser víctimas inocentes de la estafa suicida que es nuestra participación en el mercado de bienes de consumo completamente innecesarios. Pero bueno, paso a paso. Pasto a pasto.

…tiramos un tomate podrido sobre una botella vacía y ahí se produce el tonto asco sin sentido al que llamamos basura.

PERO NO ES ALGO, SON COSAS EN SITUACIÓN DE BASURA.

Y deshacer eso que hicimos es mucho más difícil que no hacerlo.

Aunque vayamos de a poco, tomándolo con soda, sería ingenuo dejar de notar que claramente estamos en un atolladero conceptual en el cual se hace evidente que es necesario un cambio de paradigma. Y quizás no hace falta pasar la crisis total de sentido que suele acompañar a los cambios de paradigma, y podemos quedarnos con toda la efervescencia social positiva que promueven. Quizás estemos lo suficientemente maduros como sociedad para culminar este periodo post-capitalista, o antropogenico sin una epopeya a la vieja escuela. No hace falta destruir a pedradas o volar por los aires al viejo paradigma, quizás, para probar hacer las cosas de otro modo, podemos compostar al viejo paradigma y aprovechar lo que tiene de valor, reacomodar los conceptos y la vitalidad que lo componen para hacer brotar una nueva sociedad.

No hace falta destruir a pedradas o volar por los aires al viejo paradigma, quizás, para probar hacer las cosas de otro modo, podemos compostar al viejo paradigma y aprovechar lo que tiene de valor, reacomodar los conceptos y la vitalidad que lo componen para hacer brotar una nueva sociedad.

Es evidente que estamos en problemas, ahí , salvo Bill Gates, estamos todis de acuerdo. Estamos entre el desierto y el basural. El posmodernismo cultural, con su insípida e insalubre enlatada alimentación verde flúo, su robotización de los quehaceres, su inteligencia artificial, su gentrificación, nos ha dejado deshumanizados a merced de un relativismo marketinero teledirigido por la big data que nos llena de fake infomerciales que nos dan una sensación muy real, de inseguridad, soledad y hacinamiento.

Y así se hace muuuy difícil el amor y la vida. Cultivar vínculos y generar un arraigo que no esté mediado por transacciones financieras, para colmo, realizadas por teléfono mientras hacemos las horas de cola y empaquetamiento empetrolado que es el transporte para ir y volver de trabajos que no entendemos pero sabemos hacen mal. Transacciones financieras que nos vinculan a través de la pantalla de un sistema que no satisface pero ha monopolizado el deseo, y así es imposible que te guste tu biografía. Y esa, se supone que es la buena vida. La que te venden, la que pagas si tenés plata, un bien imaginario inentendiblemente escaso ¿Quién quiere esa vida? ¡Así? Nadie, pero es que ya ni sabemos lo que queremos. Se ha engañado al deseo hasta perderlo y con él se perdió la identidad. Y la pérdida de identidad y la confusión del deseo como es sabido, llevan a actitudes suicidas…

Entonces, ¿qué hacemos? Bueno, la humilde (de humus) sugerencia de este artículo es que miremos a la compostera, hagamos una reverencia ante ella, la empoderemos, nos relacionemos y aprendamos de ella. Ahí está la clave, la redención y el renacer. Tanto como acto de fé como práctica, y más tarde como hábito y emancipación vital, como revolución y aceptación de los procesos como verdad natural por sobre las cosas. PRO – CE – SOS. Eso es la compostera, mucho más que una caja con agujeros, es un proceso vivo. El curso de la vida, generación y degeneración. Transformación. Ciencia y milagro. El milagro del eterno retorno.

PRO – CE – SOS

Eso es la compostera, mucho más que una caja con agujeros, es un proceso vivo.

El curso de la vida, generación y degeneración. Transformación. Ciencia y milagro. El milagro del eterno retorno.

COMPOSTAJE EN TACHOS DE PINTURA DE 20 LTS. RECICLADOS. LAS CÁSCARAS DE PALTA Y HUEVO SON LAS QUE MÁS TARDAN EN DEGRADARSE. EL PROCESO DE COMPOSTAJE LLEVA DE 2 A 3 MESES EN VERANO Y DE 4 A 6 MESES EN INVIERNO.

Una gesta revolucionaria de esperanza y futuridad y a la vez un acto de reafirmación de nuestras raíces. Pues la compostera tiene íntima relación con nuestras creencias más profundas, nuestro origen y nuestro destino. El saber de nuestros ancestros, el saber científico, el conocer, quizás incluso una evolución hacia una nueva ciencia, la biotecnología bien entendida. Imitando a la naturaleza y no dominándola. Espiritualidad y conocimientos técnicos están ahí, en la compostera como piedra de Rosetta.

Todas la religiones y todas las ciencias coinciden: del polvo venimos y al polvo vamos. Somos barro, humano viene de humus, relativo a la tierra, somos terrícolas que habitan el planeta tierra. Y no sólo las personas, todo lo vivo. Entonces seamos parte, con nuestro telencéfalo altamente desarrollado, nuestro pulgar oponible, nuestro dominio del fuego y las drogas, los chirimbolos que hemos inventado, nuestra capacidad de volar y ahora, en alianza con toda la vida en la tierra, salgamos al sol y propiciemos el paraíso terrenal… empezando por la cocina.

Hace 5 años había que explicar que era el compost. Hoy, todo el mundo lo sabe y mucha gente lo hace. Preguntá a tu alrededor, te vas a sorprender de la cantidad de gente que lo hace o está pensando en hacerlo, y vas a ver que es la gente copada. Y bueno, en 5 años quienes no composten serán considerad@s malas personas, lisa y llanamente. Y en 10 años, nos golpearemos la frente pensando los basurales que todavía quedan por limpiar y lo estupid@s que fuimos. Sin culpa, que las culpas también son compostables. Pero sin hacernos el otro tampoco. ¡Adelante! A compostar y sembrar vida. Que no hay nada más fácil en la tierra.

LAS LOMBRICES, EN CONDICIONES DE OSCURIDAD Y HUMEDAD, ACELERAN EL PROCESO DE COMPOSTAJE.

Miren, para terminar pasemos a los asuntos prácticos: una compostera es básicamente una caja, con tapa y agujeros abajo para el drenaje, o ni siquiera eso, puede ser un lugar del jardín, si tenemos la suerte de tenerlo. Cualquier lugar donde la materia viva pueda descansar hasta estar lista para ser parte de la vida de nuevo. La compostera es un concepto; mágico, pero muy real que resuelve dos de los problemas más grandes que tenemos como humanos: el de la basura y el de la fertilidad. Chupate esa mandarina (y compostá la cáscara y plantá las pepitas en el compost resultante).

Bueno, creo que esta clarísimo: hay que Compostar, y si ya se hace, el proceso de transformación está en marcha, es cuestión de observar y compartir los descubrimientos que vayamos haciendo, y dejar que esa compostera se brote y se haga huerta, saberes, comida, comunidad y barrilete cósmicto. Ave fenix vegetal. Porque además, compostar es una papa. Y si no compostás se pudre todo.

En este artículo no se enseña a compostar porque de eso hay mucho, y compostar es realmente muy fácil y es algo que se aprende haciendo, sin embargo hay algunos factores a tener en cuenta, recomiendo conversar e intercambiar con diversidad de fuentes nuestras prácticas y dudas sobre compostaje. En la internet y el barrio.

Compostar es como cocinar o bailar: un arte, y cada cual lo hará a su manera.

Y creo que está bien que así sea para que todo el mundo lo haga.

COMPOSTAJE EN TIERRA. HAY QUIENES RECOMIENDAN HACER UN POZO Y QUIENES LO PROHIBEN Y PREFIEREN DELIMITAR LA ZONA CON PALLETS E IR HACIA ARRIBA.

SIEMPRE BROTAN AL CALOR DEL COMPOST SEMILLAS DE ZAPALLO (FOTO), PALTA, GARBANZOS, PAPAS Y ES UN PLACER SEMBRARLAS EN LA HUERTA.

LINKS PARA EMPEZAR A COMPOSTAR Y COMPARTIR EXPERIENCIAS:

LA MEJOR COMPOSTERA DEL MUNDO SEGÚN CARLOS BRIGANTI, EL RECICLADOR.

ANTONIO URIDALES CANO EXPLICA CÓMO HACER UNA COMPOSTERA CASERA.

TEXTO: SIMÓN INGOUVILLE (PUNTOCOMPOST)
FOTOS: ALEJANDRO RODRIGUEZ (@lombrices_felices), LUCIANA VAL & FRANCO MUSSO
EPÍGRAFES: ANA PAULA ARMENDARIZ

PUBLICADO EL 17 DE septiembre DE 2020

LAT. 34° 41’ 06.9” S  LONG. 58° 19’ 00.3” O

PUBLISHED ON 17 OF septiembre OF 2020

LAT. 34° 41’ 06.9” S  LONG. 58° 19’ 00.3” O