PARAÍSO PERDIDO
DEDICADA A QUIENES SEMBRARON CON TANTO AMOR VELATROPA ECO-ALDEA, VICCU (VIVERO INTEGRAL COMUNITARIO DE CIUDAD UNIVERSITARIA) Y HUMECCU (HUERTO MEDICINAL COMUNITARIO DE C. U.). TEXTO Y FOTOS DE ANA PAULA ARMENDARIZ.
Salí de Ciudad Universitaria, años atrás, en forma de diseñadora gráfica y volví a ella, hace poco, como huertera. El nombre Velatropa sonaba desde hacía años cerca mío, pero recién lo conocí el verano pasado cuando leí en su página de Facebook sobre unos encuentros de domingo en el HuMeCCU, organizados por las Warmipura -un grupo de mujeres sabias y generosas (como buenas brujitas yuyeras). Invitaban a compartir una ronda de saberes de plantas medicinales y a aprender a hacer preparados con ellas.
Llegué así a conocer ese edén en medio de la ciudad, un lugar de apariencia salvaje, con senderos que se iban desplegando orgánicamente a medida que los recorría asombrada, despacio, para poder entender. Y que, además, estaba ubicado justo antes de la reserva natural Costanera Norte, un humedal enorme habitado por plantas acuáticas nativas y coros de batracios y el Río de la Plata, bien integrado y en armonía.
En el periplo encontré algunas viviendas hechas en barro, con sus huertas, un vivero precioso llenísimo de plantines de árboles nativos, un invernadero, un espacio para cocinar, varias mesas y sillas hechas con pallets, una sala con una biblioteca de permacultura, un cuarto de herramientas con su banco de semillas, baños secos, espacio para proyecciones de películas, plantines y personas de todas las edades, hermosas y sonrientes por todos lados.
Estando ahí sólo pensaba en cómo hacer para invitar a la mayor cantidad de personas posible para que vinieran a conocer, que no se lo perdieran y también lamenté mucho no haber ido antes.
Aquella tarde en el huerto medicinal el círculo giró alrededor de la Milenrama, planta medicinal que había conocido vagamente en el Cerro Champaquí. Éramos muchxs lxs que nos habíamos acercado hasta ahí para saber más de ella y, además de compartir mates y algunas delicias, hubo largas charlas con entonces desconocidxs que hoy son amigxs que cruzo por diferentes huertas o encuentros permaculturales.
Seguí participando de esos encuentros domingueros y el huerto iba creciendo tanto como mi curiosidad. Tiempo después asistí por 3 días al Seminario de Cultivo Método Bio-intensivo, organizado por el VICCU, y aprendimos de uno de sus máximos referentes, el mexicano Juan Manuel Valdés. Y todo ese saber y prácticas, ¡también a la gorra! No podía creerlo.
EL BANCO DE SEMILLAS DE VICCU. EN LOS FRASCOS SE VEN SEMILLAS DE ESPECIES NATIVAS COMO MOLLE, MASTUERZO Y CHAÑAR.
PREPARACIÓN DE LA COMPOSTA
ACTIVIDAD REALIZADA DURANTE EL TALLER DE CULTIVO BIOINTENSIVO QUE BRINDÓ JUAN MANUEL VALDÉS, DE MÉXICO.
Sonaban cada vez más rumores de desalojo, conociendo los negocios inmobiliarios que rondan por esa zona tan codiciada, pero parecía algo imposible porque cada actividad que ellos organizaban se llenaba de gente y el lugar crecía sin pausa al ir sembrando más especies nativas, verduras y frutas, que entre todos cuidábamos y se hacía cada vez más necesario sostenerlo para preservar toda esa riqueza natural, de flora y fauna.
Desde el 28 de noviembre el predio está cercado tras el desalojo ordenado por un juez, a pedido del Ministerio de Seguridad del GCBA, durante el marco del operativo de seguridad del G20, y sigue custodiado por policías y guardias privados.
Desalojaron a todos los aldeanos y sólo les permitieron entrar para retirar algunas de sus cosas, pudiendo comprobar destrozos dentro del espacio, robos de herramientas y materiales, y el desmonte parcial de éste área necesaria de amortiguación de la Reserva.
Con la intención de realizar obras relacionadas al enorme desarrollo inmobiliario que se está proyectando en esa zona, que incluye el Parque de la Innovación, la construcción de la UNICABA, el traslado del estadio de River y del CENARD, el nuevo Tiro Federal, la ampliación de la Costanera y el Distrito Joven, crearían en éste lugar una especie de “patio trasero” de todo eso.
Un poco antes de que esto ocurriera, le pedí a referentes de cada espacio que me enviaran textos sobre las actividades de cada uno de ellos:
UN VIVERO QUE SIEMBRA ESPERANZAS EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD
LUCIANO KORDON (VICCU)
En un mundo que vive una crisis ambiental extrema, los pueblos libres deben ante todo hacer uso de los derechos adquiridos para sortear los desafíos del tiempo. La sustentabilidad como paradigma, representa un poco más que algunas tibias declaraciones de interés. Es un cambio radical en la manera de habitar el planeta. Ante este desafío, las universidades deben asumir su rol como actores fundamentales en la vanguardia Eco-ética, aplicando la ciencia al servicio de la vida y no, al de intereses económicos concentrados.
Hoy la educación ambiental y la ecología han dejado de ser un conocimiento suntuoso para convertirse en una necesidad social. La situación no soporta morales dudosas, economías de saqueo, ni envenenamiento masivo de los ecosistemas. El derecho a un ambiente sano (ART 41) deja de ser una suplica para convertirse en rugido. Las culturas americanas aún no han sido vencidas, más bien resurgen cual fénix para dar respuestas ante el rumbo errado de la civilización global. Frente a la lentitud institucional, numerosos ciudadanos hemos decidido sumar nuestro pequeño intento, en una experiencia grupal y abierta de participación en el campus de Ciudad Universitaria (U.B.A). Como experimento social y con el objetivo concreto de recuperar el equilibrio medio-ambiental del predio, hemos sistematizado la reforestación del área con árboles nativos y con especies medicinales o comestibles.
Luego de años de necesitar comprar plantas para este fin nació el VICCU como respuesta natural de autonomía y sostenibilidad. El mismo se consolidó como centro de educación ambiental ocupando el vacío existente pero duplicando la apuesta al aplicar la democracia directa como modo de gestión asamblearia y transparente.Porque entendemos que vivimos en un país agrícola ganadero, buscamos desarrollarnos al máximo como actores para una agricultura regenerativa. Trabajamos para la preservación del patrimonio natural que aún nos queda, y su revalorización como ámbito educativo, de esparcimiento y de debate. Experimentamos en modos y formas de desarrollo que respeten tanto al hogar (oikos) como al ser humano y a la vida en general. ¿Qué hay mejor que un lugar público abandonado para buscar soluciones de fondo?
Es el Centro de Educación Ambiental más activo de la ciudad, abierto a toda la comunidad y proyectándose a futuro como un proyecto de extensión universitaria, de transferencia y producción de conocimientos, y siendo el proveedor de árboles y plantas tanto de Ciudad Universitaria como de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria Costanera Norte.
EN LOS 3 AÑOS DEL VICCU:
RECIBIÓ A MÁS DE 5000 PERSONAS EN FESTIVALES Y ACTIVIDADES, SE DICTARON MÁS DE 70 TALLERES, SE GENERARON VÍNCULOS CON MÁS DE 60 ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL, SE PLANTARON MÁS DE 500 ÁRBOLES NATIVOS, HUBO VISITAS DE 1500 ALUMNOS DE ESCUELAS, Y MÁS DE 450 ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS USARON EL ESPACIO PARA REALIZAR TRABAJOS PRÁCTICOS.
Todo se sostuvo a través de la gestión comunitaria, sin ningún recurso económico, sólo a través del esfuerzo y trabajo de voluntarios, estudiantes y docentes.
LA AUTO-SUSTENTABILIDAD ES POSIBLE
AGUSTÍN VAREA (VELATROPA)
Velatropa nació como una iniciativa de estudiantes de la UBA a desarrollarse en los cimientos abandonados del pabellón 5 de Ciudad Universitaria. El objetivo fue generar un parque educativo orientado a la educación socio-ambiental y el desarrollo sostenible, que éste fuera a su vez vivienda y diera la posibilidad de realizar prácticas para luego replicarlas en otros espacios.
Yo, como estudiante de arquitectura (FADU) encontré en Velatropa la posibilidad de formarme con profesionales que voluntariamente ofrecían su conocimiento para poder expandirlo. Pude reencontrarme con la tierra como material de construcción, usando técnicas milenarias que dentro de la Universidad se estudiaban como historia pero que comprobamos que siguen vigentes y que son más necesarias que nunca para generar una solución habitacional a gran escala minimizando el impacto sobre el ambiente.
Velatropa fue la oportunidad de que dentro de una gran ciudad pudiéramos volver a reconectarnos con la naturaleza para volver a sentir que somos naturaleza y no algo externo a ella.
Es lamentable que las autoridades de la UBA no quieran que Velatropa funcione como parte de la Universidad. Hoy nos encontramos con el predio vallado y custodiado por la policía.
DESCARGÁ EL LIBRO DE LOS 10 AÑOS DE VELATROPA PARA ENTENDER AÚN MEJOR LAS ACTIVIDADES QUE DESARROLLARON.
EL HUERTO Y EL ENCUENTRO COMO MEDICINA
VIRGINA GOBBI (HUMECCU)
El Huerto Medicinal Comunitario Ciudad Universitaria fue creado con la intención de categorizar y sectorizar una parte de las variedades vegetales presentes dentro del área de amortiguación de la Reserva Ecológica Costanera Norte y Velatropa. Un lugar donde poder observar, estudiar y revalorizar su contribución en el área de salud y bienestar.
Este espacio nació en 2016 con el objetivo de recuperar saberes y prácticas populares en torno a la medicina herbal nativa y naturalizada, entendiéndolos como factores de especial relevancia dentro de la preservación de la flora local, además de contribuir con el sistema productivo.
Las propuestas educativas de HuMeCCU son abiertas y participativas, con dinámicas circulares que promueven la integración del arte, el patrimonio socio-cultural y los conocimientos técnicos o académicos con que los facilitadores y participantes contamos a cerca del entorno natural que habitamos.
HuMeCCU se gestiona de manera comunitaria y autogestiva, con el aporte voluntario de las quienes se acercan a participar de las propuestas.
DESPUÉS DEL DESALOJO Y DESMONTE