HÁBITAT
“La ciudad se te aparece como un todo en el que ningún deseo se pierde y del que vos formás parte, y como ella goza de todo lo que vos no gozás, no te queda otra que habitar ese deseo y conformarte”.
Fragmento de Las ciudades y el deseo de la novela
Las ciudades invisibles de Italo Calvino.
Las fotos de Sergio Claudio muestran cómo los habitantes de Buenos Aires lidian con una trama urbana impuesta a la que a su vez intervienen con su comportamiento corporal.
Apostadores recostados en las gradas del Hipódromo de Palermo, transeúntes en espera absortos en su teléfonos celulares a las puertas de la Sociedad Rural o peatones al borde de las vías por donde pasa un tren desafían el racionalismo con el que se espera que miren una carrera de caballos, se resisten al encuentro con otros en torno a alguna muestra del Predio Ferial y se muestran imprudentes ante una formación quedando al borde de un accidente.
El punto máximo del desafío al poder arquitectónico, e incluso político, aparece en una imagen en la que se ve a una pareja tener relaciones sexuales en Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada.
Pero la reacción de los urbanitas no es solo a la planificación del territorio, sino también al fotógrafo: una mujer sentada en un banco se cubre el rostro ante el disparo de la cámara, otra mira con sospecha al lente mientras baja por una escalera mecánica, en tanto que más atrás un muchacho parece posar para la foto.
Por último, las imágenes en las que se impone el escenario de concreto ante la ausencia de humanos son premonitorias de la pesadilla que provoca la cuarentena por el coronavirus en las grandes ciudades.
Parafraseando la canción de Soda Stereo “Primavera 0”, las fotos de Sergio son “recuerdos del futuro… aislados”.